Luis Alberto Guadalupe Rivadeneyra (Chincha Baja, Tambo de Mora, Cruz Verde, 3 de abril de 1976), «Cuto»para todos, es uno de los personajes más carismáticos y queridos del fútbol peruano. No importa de qué equipo seas, «Cuto» siempre cae bien. Y tiene muchas historias que merecen conocerse. De esta manera,a donde voy, en donde la gente me encuentre, me pide fotos y videos. Sea en la calle, por mis redes sociales y, por supuesto, en mi Restaurante Cuto 16 siempre me piden que diga las distintas frases que hice populares a lo largo de mi carrera profesional como futbolista.
Asimismo,no les voy a cansar contándoles lo sucedido en lo deportivo, que es algo que ya lo saben o que con unas búsquedas en internet lo pueden resolver, pero sí quiero darles detalles de cómo se dio esa energía sobrenatural, no tengo cómo explicarla mejor, para soltar una serie de frases bíblicas. Y eso no es pose ni nada, ojo, ni quiero faltarle el respeto a nadie. Yo soy creyente desde chiquitito y ese día Dios habló por mí.De esta manera,yo he dicho que soy salsero, alguna vez me gustó el «techno», bailé canciones de El General, soy amigo de mis amigos, emprendedor, pero lo que más soy es una persona creyente en Dios. Creo que los que me conocen pueden dar fe de eso. Siempre he caminado con la bendición de Dios desde muy chico. Soy devoto del Señor de los Milagros, lo tengo en mi casa. Pero lo que sucedió en el año 2011 con la Virgen de Guadalupe fue algo muy especial.
Por lo tanto,al inicio de la campaña el padre Michael, de Chiclayo, iba a la concentración del Juan Aurich para darnos la bendición y siempre llevaba un cuadro de la Virgen de Guadalupe. También nos acompañaba la Virgen de Guadalupe en nuestros partidos de visita. Entonces, un día me acerqué al padre Michael y le dije: “Padre, quisiera que me regales el cuadro de la Virgen de Guadalupe si ganamos el título”, a lo que el padre me respondió de forma positiva.